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Aparte de mi más que aparente deterioro físico y mental, se nota que soy viejo por la pereza que me da ir a los conciertos incluso cuando sé que los voy a disfrutar. Cuando supe que Blind Guardian volvía por Madrid no dudé en comprar las entradas (o, más bien, en darle el dinero a mi hermano para que las comprase). Sin embargo, el viernes por la tarde no me apetecía nada salir de casa. En esta ocasión mi lado perezoso hizo que saliésemos para llegar sobre las 19:00, que era la hora de apertura de puertas.

Casualidades de la vida, esa decisión hizo que nos topásemos con los siempre encantadores Rafa y Raquel, que estaban acompañados de más personas e hicieron que la espera fuese mucho más agradable, poniéndonos al día de cómo nos iban las cosas. Más adelante nos topamos con los hermanos Martín y más gente así que a pesar de las bajas de algunos habituales hubo unos cuantos reencuentros. Siempre resulta grato hablar con buena gente y el viernes fue especialmente bien recibido.

La tarde trajo un par de sorpresas no muy agradables. La primera fue el retraso a la hora de entrar. No sé si retrasaron la apertura de puertas o tuvieron algún problema en particular en la entrada pero no vimos ningún movimiento en la larguísima cola hasta las 19:30. En vista de experiencias pasadas me temía no llegar a ver el concierto de los teloneros y la idea no me hacía gracia. Ya me había llevado una decepción cuando me enteré que Steelwing no acompañaban a Blind Guardian en este trozo de la gira pero quería ver a los artistas invitados igualmente.

Por desgracia, a la entrada del recinto se informaba que no había teloneros, con lo que a la espera fuera de la sala hubo que añadir una hora de tiempo muerto dentro. Con este panorama nos colocamos en un sitio donde no incordiásemos demasiado y estuvimos charlando un rato hasta que empezó el concierto, especulando si el repertorio ofrecería algún añadido como «compensación» por no traer teloneros.

La introducción de «Sacred Worlds» comenzó a sonar sobre las 20:45 y el grupo salió al poco rato, mientras el programa de luces ambientaba la sala al ritmo de las partes pregrabadas. Nos habíamos puesto más o menos en el mismo sitio donde vimos el concierto de Mr. Big y en cuanto empezaron a tocar pudimos comprobar que, de nuevo, el sonido era bastante bueno (con tapones, por supuesto). Todo la mezcla estaba bastante equilibrada, con las guitarras oyéndose bien sobre la base de la batería. Bajo y teclados estaban bien medidos y no destacaban en exceso, complementando a los otros instrumentos. Quizás el volumen del micrófono de Hansi estaba algo bajo pero se le entendía bien y no supuso un perjuicio grave para el sonido del conjunto.

Habiendo abierto con nueve minutos de tema del último disco, el grupo se dedicó a presentar varios temas clásicos, con introducciones no muy largas pero sí bien acogidas. Empezaron con «Welcome To Dying» y, para no bajar el ritmo, lo siguieron con «Born In a Mourning Hall». Hansi explicó algo del contexto mítico de la historia que narra la canción de «Nightfall» y, por lo general, procuró mantener algo de conversación con el público. De hecho, el alemán decidió dedicar «Fly» al pulpo Paul, lo cual provocó algunas risa y aplausos, antes de explicar que trataba sobre Peter Pan. Estas dos últimas canciones estuvieron acompañadas de vídeos en tres pantallas grandes que forraban la parte trasera del escenario, algo que continuaría a lo largo de la tarde y aportó un punto más de interés a todo el espectáculo.

El repertorio estuvo dentro de lo previsible, teniendo en cuenta que es la gira de presentación de su último disco. Eso sí, el público tenía claro que quería escuchar «Majesty» y antes de que tocasen «Time Stans Still (At The Iron Hill)» ya lo coreaba gran parte de la sala. El grupo lo tomó con humor y Hansi explicó que, a pesar del interés, sus corazones estaban hechos de piedra y no habría «Majesty» esa noche. La historia fue cambiando un poco cuando el público seguía pidiéndolo después de la contundente «Traveler In Time» (uno de los temas que más me gustó de la tarde), ya que Hansi explicaría que la decisión de no tocar el tema solicitado era de Markus y que su posición era inamovible.

«This Will Never End» precedió a «A Past And Future Secret», presentada por Hansi como una historia sobre el rey Arturo (algo que parte del público no debió reconocer por la falta de respuesta) y tocada, como es costumbre, con guitarras acústicas. Antes de este tema el público seguía pidiendo «Majesty» y Hansi bromeó con que la iban a tocar pero en versión acústica, aclarando rápidamente que eso era algo que realmente nadie quería escuchar.

Tras la versión acústica cambiaron de guitarras y el cantante anunció que Markus había cambiado de opinión (lo que provocó que el publico corease su nombre) pero que ahora era Andre el que se negaba a tocar la canción solicitada. El público empezó a corear el nombre de Andre quien teatralmente cedió ante la presión y por fin se escuchó «Majesty».

Tengo que destacar que la voz de Hansi sonó muy bien, tanto en los temas antiguos como en los nuevos, mejor que la última vez que les vi. En las partes instrumentales más largas se retiraba para beber algo de agua pero no parecía que tuviese muchos problemas con las partes más complicadas de su repertorio.

«Tanelorn (Into The Void)» vino seguida de «Imaginations From The Other Side», que presentaron como la última de la noche. Por supuesto, no sería así y al cabo de un rato el grupo volvió a salir a escena bajo la música y el vídeo del comienzo de «Wheel Of Time», que sería la última del nuevo disco de la noche. De nuevo sacaron sillas y guitarras acústicas al escenario y Hansi habló de bosques lejanos para dar paso a «The Bard’s Song – In The Forest». Como suele ser habitual, el público acompañó toda la canción y todo el grupo pareció estar contento con el resultado.

En los conciertos de Blind Guardian siempre se observa un alto grado de participación del público a la hora de cantar, como se volvería a demostrar con «Valhalla» y su estribillo repetido una y otra vez al final de la canción. Hansi se mostró bastante contento con el nivel del público y llegó a hablar de incluir algún tema en un disco de directos, aprovechando que estaban grabando la actuación.

El concierto terminó con paisajes de la Tierra Media, pintados por «Lord of the Rings» y, como no podía ser de otra manera, «Mirror Mirror». Dos horas de reloj tras el comienzo del concierto el grupo dejaba a un lado las instrumentos y se despedía hasta la próxima ocasión, que espero no perderme.

3 comentarios.

  1. 1.

    eh! yo también estuve ahí :) era la primera vez que estaba en un concierto de estos hombres y la verdad es que no me decepcionó. Quizá aflojó un poco alrededor de fly, pero aprovechas para ir al baño y punto

    No nos metimos demasiado al mogollón, estuvimos en el ala izquierda y quizá la batería sonaba un poco por encima y la voz un poco por debajo, pero en general superó las espectativas